Por lo que respecta a los temas que hemos denominado antropomorfos, ofrecen una enorme variabilidad estilística. Generalmente de tamaño superior al de las figuras humanas, son representaciones extrañas pero de acentuado antropomorfismo. Componen un grupo formal y estilísticamente diferenciado que se aleja de las representaciones humanas clásicas, sin que podamos atrevernos, de momento, a aventurar una interpretación coherente.
referimos a imágenes de un determinado tipo de objeto que la literatura arqueológica conoce con
el nombre de «ídolo-ciilindro>> y que se cree relacionado con el mun: do funerario por su reiterada aparición en las sepulturas megalíticas del sur y occidente peninsular. A su probable valor como exponente de la «religiosidad» del momento hemos de añadir el no menos apreciable de su bien conocida cronología, que coincide plenamente con la que se deduce de las figuras de armas que veremos a continuación.
Las cada vez más numerosas rocas con diseños de modelos muy concretos de armas abren enormes perspectivas en el estudio de nuestros grabados rupestres por sus precisas aportaciones cronológicas y su valor ideológico. Su identificación tipológica no está en ocasiones exenta de dificultades por la mayor o menor fidelidad de la representación respecto de los modelos reales y por su estado de conservación. No obstante lo anterior, se distinguen con claridad ciertos modelos de espadas cortas, puñales, alabardas y escudos.
Mayores precisiones cronológicas ofrecen las alabardas, por cuanto al margen del modelo copiado, su datación se situaría a inicios del II Milenio a.C. Dibujadas con mayor o menor fortuna, en algunas la hoja muestra la característica cresta central y los orificios para los tres remaches de sujección al mango, por lo que su identificación con los modelos propios del área atlántica no ofrece dudas.
Finalizando el tema de las armas de nuestros grabados, mencionaremos ciertas figuras más o menos claras de escudos. Parece fuera de toda duda que el diseño circular que exhibe en su brazo izquierdo la figura principal de la Pedra das Ferraduras es un escudo. Mayores dificultades ofrecen ciertos diseños de forma aproximadamente triangular apuntada o trapezoidal, aunque su reiterada aparición en grandes rocas-panoplia como las de O Castriño en Compostela, Pedra Ancha en Dumbría, Mogüelos en Cangas o Auga da Laxe en Gondomar, en asociación directa con diversos modelos de armas, apuntaría hacia su identificación como escudos.
También en relación con la temática armamentística distinguimos en nuestros grabados ciertos modelos de armas arrojadizas y muy proDablemente arcos y flechas, todos ellos plasmados con casi total ausencia de realismo. Las lanzas que se ven clavadas sobre el lomo del gran ciervo de Os Carballos parecen disponer de hoja relativamente ancha aunque son muy difíciles de clasificar desde el punto de vista cronológico y cultural.
El otro gran conjunto temático del Grupo Galaico es el que hemos denominado Bloque Geométrico, integrado por una apreciable cantidad de figuras geométricas. Es, sin lugar a dudas, el repertorio más numeroso y el de mayor dispersión geográfica. Puntos o cazoletas, combinaciones de círculos concéntricos, espirales y diseños laberínticos forman la base iconográfica esencial de nuestro arte rupestre, bien de forma aislada, bien en conjunción directa con el repertorio naturalista.
Parece incuestionable que los círculos, tanto los más simples como las más complicadas combinaciones de formas concéntricas, suponen la temática básica de nuestros grabados. Rarísimo es el petroglifo en el que las combinaciones circulares no ocuparrlar máyorparte'del panel, y pueden contarse aquéllos en que están totalmente ausentes. Las variantes detectadas en las combinaciones circulares son tan numerosas que poco o nada puede aportar cualquier intento de clasificación tipológica. Desde las formas circulares más simples, apenas integradas por un punto central rodeado por un anillo de pequeño diámetro, hasta las gigantescas combinaciones de círculos concéntricos rodeadas de una maraña de trazos largos, pasando por todo un enorme conjunto de variantes, los círculos nos ponen de lleno ante un universo de tipo simbólico difícilmente desentrañable, pese a los numerosos intentos en este sentido, al no contar con el adecuado «libro de claves».
aunque de gran interés por tratarse de diseños de muy complicada realización que aparecen en contextos geográficos y cronológicos radicalmente diferentes. Concentrados en los alrededores de la ría de Pontevedra —los famosos ejemplares de Mogor en Marín y O Cribo en Meis— en el complejo rupestre de Chan da Lagoa vemos varias figuras que se aproximan extraordinariamente al modelo clásico.
En nuestros grabados rupestres se puede apreciar una selección intencionada tanto de las superficies para grabar como de la temática elegida.
Si analizamos con detalle las imágenes, podemos constatar la existencia de un tipo de soporte diferente para cada uno de los grandes bloques temáticos en que hemos dividido el arte rupestre galaico: el geométrico utiliza generalmente superficies horizontales apenas visibles, mientras que el naturalista, salvo los cérvidos, suele aparecer sobre superficies inclinadas y bien visibles. La constatación de esta tendencia nos ha permitido postular la existencia de dos tipos de «lenguaje» diferentes pero complementarios: un «lenguaje restringido», basado en la iconografía geométrica , y un «lenguaje abierto», de fuerte carácter narrativo e ideológico, en el que la figura humana, los antropomorfos, las armas y los diseños de «ídolos-cilindro» serían los máximos exponentes.
La vinculación de actividades como la caza o la equitación con el elemento masculino, y la constatación de que en la mayoría de los casos documentados las armas representadas en los grabados aparecen en enterramientos de varones, ha llevado a postular a algunos autores el predominio social del varón en el seno de las comunidades que grabaron nuestros petroglifos.
desestructuración de las comunidades megalíticas. En términos generales, se trataría del paso de una sociedad de las comunidades megalíticas a otra bien distinta en la que se manifestaría una clara tendencia hacia la jerarquización y estratificación social,en la que determinados individuos
adquirirían un papel relevante; en definitiva, hacia una sociedad más compleja.
Esta mayor complejidad social se manifestaría a través del registro arqueológico en determinados aspectos, preferentemente en la consolidación de una economía de producción con una base agrícola más intensificada a partir de la adopción de un arado ligero y de algún tipo de abonado. Pese a ello, no hay que olvidar que no estamos ante una economía especializada sino de amplio espectro, en la que también tendría cabida la caza, la ganadería, la recolección, el marisqueo, etc.
En este contexto de una sociedad en transición, de una sociedad cada vez más compleja, es en el que a nuestro parecer hay que integrar el arte rupestre galaico, que parece ser el reflejo de un mundo espiritual relativamente complejo en el que necesariamente habrían de jugar un papel relevante ciertos individuos destacados que detentarían un mayor o menor grado de poder al disponer del «código de cíaves» para interpretar el universo simbólico representado en los grabados; por otro lado, creemos que parece evidente también la existencia de otro tipo de élite, en este caso de naturaleza política, que reafirmaría su poder mediante la plasmación de determinadas actividades de prestigio social —caza, equitación, etc.—, y la exhibición de determinados objetos de estatus —armas de metal y orfebrería principalmente—.
En nuestra opinión, dada la coincidencia entre el registro arqueológico y la imagen de la sociedad que se desprende del análisis del arte rupestre galaico, parecería lícito pensar que éste constituye un elemento legitimador del nuevo orden social al potenciar y hacer evidentes los mismos elementos que el registro arqueológico nos presenta como manifestaciones de una sociedad dividida y estructurada en torno a la desigualdad.
El arte rupestre galaico constituye una manifestación cultural de incalculable valor que debe ser conservada y protegida como parte esencial de nuestro Patrimonio Histórico.
A lo largo de los siglos, los grabados se han visto afectados por una lenta degradación natural que, pese a todo, no les ha afectado en exceso y en muy pocos casos impide su debida lectura. Sin embargo, en los últimos años estamos asistiendo a una destrucción acelerada a causa de las actividades humanas. Hasta tal punto esto es así, que parece claro que el mayor enemigo actual del arte rupestre somos nosostros.
Los grabados rupestres de Campo Lameiro, al igual que los restantes del Grupo Galaico, se encuentran teóricamente protegidos por un amplio marco legal que va desde su declaración como Monumentos Histórico-Artísticos de carácter Nacional en 1974, hasta su declaración genérica en 1985 como Bienes de Interés Cultural en el ámbito regulado por la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. Recientemente, este marco legal de protección puede verse incrementado con la solicitud planteada en el XXII Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Vigo, para que sean declarados Patrimonio de la Humanidad.
2 comentarios:
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Hola,al respecto de los petroglifos triangulares de las rocas panoplia, identificados generalmente como escudos , tengo publicado un artículo en mi blog en el que defiendo la hipótesis de lo que realmente representan, que te invito a visitar cuando puedas. Saludos.
http://masquepetroglifos.blogspot.com.es/2011/11/los-carros-de-guerra-en-los-petroglifos_15.html
Muchas gracias.
Saludos
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