jueves, 17 de diciembre de 2009

Arte & Tecnología como laboratorio para pensar

Artículo de: Josu Rekalde


Del libro: "Arte y pensamientos en la era de la tecnología"

Facultad de Bellas Artes

UPV/EHU. (Sección audivisuales)


¡Hace casi solo cinco años de aquello!, todos estaban emocionados con, navegar, planear o surfear en la red (esta última palabra siempre me ha parecido la más pija). Me acuerdo que en un debate sobre Arte en Internet, al que asistí en el museo Reina Sofía de Madrid solo hablaban de las autopistas de la información, de la libertad que suponía Internet y de lo Guay e In que era ser un Hacker. Luego hemos visto que lo que llamaban autopista eran en realidad caminos de la Caperucita Encarnada de Telefónica y que los Hackers se ganaban la vida haciendo antivirus para el viernes 13 sin saber que aquí el día gafe cae en martes y 13.

El "espacio de libertad" se convierte en algo que engancha tanto o más que la tele, y algo que ya tiene más anuncios, galletas (Cookies) y bandas publicitarias (Banners) que telecinco y antena3. Bueno... pero como decía mi buen amigo chileno, pirata internauta desde Amsterdam del Sur, Mariano Maturana, allá por los encuentros de video de Iruña del 96, internet representa un espacio temporalmente libre para establecer redes de pensamiento, es preciso aprovechar la indefinición en el control que existe actualmente para crear esas otras redes humanas y poder pasar después de los peajes, controles y fronteras tan dañinos y que tan malos recuerdos me trae del pasado en estas mismas tierras que ahora piso. Esto me recuerda una noticia que vi en telediario de la semana pasada, en la que una Universidad cercana estaba orgullosa de ser la primera en encriptar toda la información que saliera de sus ordenadores, por la seguridad que eso suponía en cuanto a transmisión de información. Iluso de mí, pensaba que pecisamente a una universidad lo que más le interesa es difundir el saber que emana de los docentes y estudiantes, pero mira por donde ahora lo que más va a interesar es saber quien recibe la información, ya decía Umberto Eco que nuestra época se parecía a la Edad Media.

¿Que tien que ver todo eso q
ue nos has contado con el Arte electrónico?, acaba de interpelarme interactivamente una inquieta oyente, o mejor dicho una inquieta escuchadora.
Pues bien el Arte de una época y mucho más el de la nuestra, no se reconoce ni se cuenta a través de las `obras aisladas´ de los artistas, sino contextualizadas en el pensamiento contemporáneo. Preguntas como: ¿Quién fue el primer artista en utilizar el video?, ¿Quien el primero en utilizar el CDRom, Internet o la Robótica?, solo valen para ocupar algún titular de efemérides como alguien se muere, pero poco más importa en cuanto al arte se refiere. En cambio hay una pregunta que a mi me ronda por la cabeza: ¿Teniendo en cuenta la convulsión sociopolítica q
ue hemos vivido en el País Vasco, qué se ha transmitido de ello en las obras artísticas de estos últimos veinte años?.
Hoy leía unas declaraciones de un artísta vasco que decía que actualmente los artistas no pretenden transformar el mundo, que la característica o rasgo del nuevo milenio era el del individualismo como opción para descubrir preguntas sobre la vida y sob
re el propio mundo. Menos mal que un poco antes había leído a Gunter Grass hablando de los peligros del individualismo como única salida al supercapitalísmo del milenio que nos viene. ¡Ufff!

Con viejas o nuevas tecnologías hemos entrado en la dinámica del `mercado contínuo de valores´, donde los artistas entran y salen de la lista de los cuarenta principales. Estamos en la cultura Klinex, las obras se "miran una vez y se tiran", ¡más madera! que decía Groucho Marx, o !más plusvalía! que decía otro Marx. Desde nuestras casas, solo nos quedará observar,
cómo el poder económico dignifica el Arte rubricando con su valor la palabra de sus acólitos en los medios de comunicación dominados por ellos mismos. Pero para ese entonces, como ahora, el arte ya estará nadando en otro lugar.

...a la búsqueda de la inocencia tecnológica perdida.
La actualización tecnológica, se ha convertido en nuestros días en una necesidad y en una adicción, ya no existe un arte ligado a las nuevas tecnologías, en tanto que éstas son una realidad cotidiana. La actualización tecnológica está siendo una obsesión social alimentada por la industria informática, el software punto seis queda relegado en un mes por el seis coma uno y pro
nto saldrá el punto siete.
Cada nueva tecnología establece un nuevo reparto del poder mediático, que a su vez exige nuevas direcciones y nuevas búsquedas tecnológicas para arrastrar con ellas todo un universo esteblecido sobre la política mediática. Las empresas tecnológicas apuestan fuerte, cada nuevo evento-invento supone un avance económico importante, tras ellos los poderes económicos
juegan con lo que ellos mismos han denominado valores tecnológicos, y que no son más que tapaderas de una pura especulación económica; los portales de internet son un ejemplo de este nuevo sistema de entender este mundo sin el mundo.

El juego del poder tecnológico se parece al juego del papel / piedra / tijera, la piedra o poder político rompe la tijera o poder tecnológico, la tijera corta el papel o poder económico y el papel envuelve a la piedra. El arte siempre está en un difícil equilibrio entre el mantenimiento de su autonomía y su dependencia social, pero esa es precisamente la actitud que le caracteriza a todo
s los niveles. Las actitudes artísticas que reflexionan con los nuevos medios, consiguen que los híbridos mediáticos, tales como la imagen y el sonido digital, independientemente de su función de comunicadores de masas, reflejen una capacidad de plasmar reflexiones, interrogantes y contradicciones a nuestra porpia cultura.
La reproductivilidad técnica que proponen los nuevos medios no puede llegar al infinito, de hecho el gran problema que plantea Internet es que su propia autoreproductibilida, provoca que mucha de la información más importante permanesca invisible. La reflexión de Walter Benjamin sobre el tema de la reproductibilidad y el aura del original se encuentra ahora cerrada en un bucle sin fin, el original no existe, todo es referencial, simulado o sintetizado partiendo de materiales artísticos anteriores.



Autómatas e Inteligencia artificial


El interés por los autómatas y la inteligencia artificial ha ido creciendo, en mi caso, soobre todo desde que he visto posibilidades de crear propuestas que se alejan de la pretensión de fabricar la ilusión de un Clon o un Alter Ego cibernético. Estas herramientas me dan la posibilidad de experimentar comportamientos Objeto/Sujeto diferentes, alejándome de una representación saturada de las imágenes. Ahora puedo crear entornos que huyan de las metáforas y respondan sin prejuicios del pasado de una manera directa, casi física, a las preguntas que nos hacemos siempre ante una obra: ¿Cómo puedo comunicar directamente al interlocutor de mi obra interactiva la intención de mi propuesta sin que por ello pierda interés? o ¿Cómo pienso que se va a comportar el visitante ante esta propuesta?






Fragmento: Apología III (1991)





Los autómatas se rigen al igual que la inteligencia artificial por un comportamiento programado, a una serie de informacionnes de entrada INPUTS se le asignan una serie de información de salida OUTPUTS. En esta especie de mini red neuronal el proceso permanece oscuro para el observador, al que solo se le ofrece un periférico gráfico u objetual con el que jugar como un joystick en un vide
ojuego. El proceso de la información queda atrapada en la CPU del ordenador como en un oscuro laberinto y el observador solo se le presentan una serie de botones que accionan entradas a nuevos "espacios virtuales", que se resumen en imágenes, sonidos o textos. Ese proceso interactivo sigue siendo la puerta y el timbre para entrar a un nuevo espacio, pero ¿cuántas habitaciones necesita una casa?.

En este momento existe una saturación de "Puertas y timbres" y un déficit de interlocutores en su interior, es como en los museos de la ciencia donde crees que por tocar un botón ya conoces una reacción física o química.
En lo que a mi respecta, me interesan los entornos artísticos que hacen una reflexión más profunda del hecho mismo del deseo de ver algo nuevo, interactuar o accionar una programación, el deseo se ha convertido en el objeto clave, y es al que van orientados todas las estratégias publicitarias destinadas al consumo, hemos pasado de la época en el que consumíamos imágene
s a una época en la que consumimos deseos de imágenes.
Mi experiencia en relación a este "constructo" llamado Arte es el de la reinvención constante de la propia historia y de mi recontextualización en ella, a menudo recurro por ello a la fabulación, al cuento que supone mi obra y al de mi propia historia como creador de imágenes y sonidos. Es en definitiva una visión particular entre el YO y el OTRO a través de la obra realizada desde la década de los ochenta hasta ahora. Un tiempo marcado por la transición tecnológica entre lo analógico y lo digital entre la ficción y la realidad entre la interactividad y la intromisión.



Josu nos habla de su trabajo: "Tecnología que utilizo en mis obras"

Me interesa que la tecnología sea lo más autoejecutable posible, ya que de otro modo se corre el r¡esgo que las instalaciones trecnológicas estén cerradas la mayor parte del tiempo que dura la exposición. Por ello aunque el diseño lo haga con el ordenador lo ideal, para mí, sería prescindir de él y sustituirlo por un c¡rcuito integrado. Muchas veces esto no es posible porque las obras que realizo son específicas para un lugar y se van a exponer solo una vez. Aspìro a que en pocos años tengamos una red de ingeniería electrónica específica para proyectos artísticos, en la que todos aportemos y recibamos información, e incluso tengamos soportes tecnológicos propios independientes de las grandes compañías. En mi trabajo diferencio entre la investigación de las posibilidades tecnológicas en sí mismas y la creación artística de entornos propios para una instalación, ya que éstas no siempre van ligadas al desarrollo tecnológico sino a una red motríz. En mis primeras instalaciones utilizaba circuitos electrónicos que me permitían distribuir las imágenes y los sonidos dependiendo de los sensores de infrarrojos que captaban al espectador. Después comencé a trabajar con el ordenador y los programas interactivos pero siempre accionándolo desde la porpia instalación, andando, soplando, pisando, etc. El proyecto actual (año 2003/4) consiste en la fabricación de un autómata que siga con expectación las imágenes de una pantalla, para lo que utilizaré tecnología robótica básica, que responda en parte a tareas programadas y en parte a frecuencias transmitidas desde la banda sonora del propio video.


El libro contiene 17 breves textos que hablan de nuestro tiempo, nuestra cultura, y sobre todo de ciertas prácticas artísticas. Productos de este momento que, olvidando la era industrial, se centran en la actual era tecnológica pero, a diferencia de otro pasado, coincidentes en puntos de vista e inquietudes.

Con artículos de:

Marce, Lí Antúnez - Jesus Arpal - José Manuel Berenguer - Diana Dominguez - Mariela Cadiz - Javier Echeverria - Ricardo Iglesias - Andoni Ibarra - Eduardo Kac - Ignacio Mendiola - Konic - Mungi A. - Loles Petit - Agustín Ramos - Josu Rekalde - Carlos Sierra - Sculptor Zeta Cluster


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