jueves, 8 de abril de 2010

El fin de Parzival

Homenaje a Santiago Amón
(Dionisio Hernandez Gil)



En esta celebración postuma de recuerdo a Santiago Amón, y para que no sea sólo memoria necrológica de elogio y exaltación de su figura como excepcional intérprete de las artes para uso del público, donde demos rienda suelta a los sentimientos de afecto y entusiasmo que Santiago nos provoca, quiero dejar constancia de algunas de sus aportaciones en el campo de la protección, salvaguardia y difusión de nuestro patrimonio histórico edificado. Faceta ésta menos conocida que sus monografías sobre los integrantes de El Paso o Antonio López, Caneja y Fernández Alba, su biografía del Giotto en la colección "Protagonista de la Historia", o su recorrido por el arte contemporáneo a través de la figura de Picasso, o sus estudios sobre César Vallejo y San Juan de la Cruz, o sus trabajos sobre Aurelio Arteta y la pintura bilbaína, o sus libros de poemas "Alba que bala" y "Tiempo de Oficio".

Su inquietud por la arquitectura y el urbanismo activo le llevan a escribir una serie de trabajos en torno a la contextura expresiva de la ciudad en general y al particular lenguaje arquitectónico de su Bilbao natal. Esta misma inquietud le mueve a fundar en los años 70, con José Luis Souto, la asociación Adelpha, orientada sistemáticamente a la defensa del patrimonio cultural y natural, a través de la crónica y de la crítica, llevando la voz del pueblo a los medios de comunicación, prensa y radio fundamentalmente, con sus democráticas denuncias.



Gracias a ellas se han salvado edificios de la piqueta demoledora y se ha impedido que obras integrantes de nuestro patrimonio cultural emigraran al extranjero. Sería oportuno dar un repaso a los volúmenes de los últimos veinte años de nuestras hemerotecas para conocer la eficaz gestión de Adelpha, transformada después en el Centro de Estudios Históricos Ambrosio de Morales. 

Através de estas dos instituciones ejerció la acción popular, prevista en la venerable Ley del 33, en numerosas ocasiones. Su esforzada defensa de la Iglesia del Buen Suceso, de Ortiz de Villajos, le supuso su salida de El País sin conseguir, en este caso, evitar su vergonzosa demolición. En los tres últimos años emprende su personal cruzada de custodia de nuestro patrimonio histórico desde Antena 3 y en las páginas de Diario 16.

  
Como director de la revista COMÚN, patrocinada por la Fundación Orbegozo, que nació como instrumento de comunicación para servir al mejor entendimiento y divulgación de toda iniciativa cultural que supusiera un horizonte nuevo para el espíritu, dio la batalla por la defensa del centro histórico de Bilbao, seguramente inducido por el reclamo de su nacimiento en suelo bilbaíno, o como él decía, por la remembranza proustiana de la primera luz.




 



Más información en "El Madrid de Santiago Amón"

(Ed: La Librería, 2006)

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