de la provincia de Santander
Parece probable que no estuvo destinada para habitaciones, porque además de sus cortas dimensiones, su disposición ispecial, la hace poco definible de los ataques que en aquél tiempo debió sufrir el hombre de parte de los animales carniceros; su entrada es casi tan alta y ancha como el resto de la gruta, y por lo tanto difícil de defender de los ataques esteriores. teniendo además por un costado, á la izquierda entrando, otro boquete poco menor que la entrada principal. Podríase alegar en contra el gran número de huesos qeu se encuentran allí y que parece serían restos de comida; pero estos, lo mismo pueden indicar que existió una habitación, como que, y es lo más probable, lo que allí hubo fué un verdadero taller. Militan en favor de esta opinión, por una parte los centenares de piedras talladas que se encuentran, de las que un gran número parecen rotas, y motras muchas inferiores ó si concluir su tallado, y por otra la disposición especial de la cueva, pues precisamente las circunstancias indicadas qeu la hacian impropia para la habitación, la recomendaban en cambio para taller, espuesta como está al S. y con una entrada tan alta como toda ella, ofreciendo, por lo tanto, un local con la claridad apetecible para el trabajo.
No desconosco que si leen estos breves apuntes personas ajenas á los estudios prehistóricos, acaso califiquen de utopías todo cuanto dejo mencionado, pero si me ánimo fuera hacer gala de una erudición inoportuna, no me sería difícil escribir una larga disertación sobre aquellos estudios, muy poco conocidos, por desgracia, en nuestro país, y alegar algunos datos y testos de los muchos que contienen las obras escritas sobre la materia por el sabio geólogo D. Juan Vilanova, por John Lubbock, Boucher de Perthes y otros varios, que han conseguido elevar el conocimiento de estos estudios á una altura que, seguramente, nadie hubiera podido preveer hace treinta años, demostrando hasta la evidencia que son tantos y tantos los descubrimientos que se van repitiendo en todos los países, en condiciones muy semejantes, que ya ha dejado de ser materia de discución, admitiendose como un hecho cierto, que los primeros utensillos de que se valió el hombre fueron de piedra y de hueso, sirviéndose igualmente de primera habitación las cuevas formadas por la naturaleza.
Pero ahora á ocuparme de otra cueva mucho más notable, á mi juicio, por las circunstancias que la acompañan, á mi juicio, por las circunstancias que la acompañan, y que parece digna de más esmero estudio. Hállase situada en la sierra comun, sitio llamadode Juan Mortero, término del lugar de Vispiéres, Ayuntamiento de Santillana del Mar, (recientemente la han denominado de Altamira, tomada este nombre de un prado inmediato que se llama así); su entrada está espuesta al N., y tan cubierta de maleza que, antes de ser visitada frecuentemente como lo es ahora, era difícil reconocerla. Segun informes adquiridos del mismo que aprovecha este terreno, hasta que hace ocho ó diez años en que, efecto de haberse hundido alguna piedra, se ensanchó la entrada, era desconocida su existencia. Su bajada es incómoda, pero no difícil, á causa de las peñas que deben haberse desprendido; y reconocida por la parte interior, hace sospechar que aquella estaba antes bastante más baja, dándola acceso por una depresión del terreno, y entrando en plano casi horizontal. Una vez dentro, se encuentrael curioso con una galería que se estiende hácia el S. S. E., y que llamaremos principal, la cual mide treinta y ocho metros de largo, y de ancho desde hueve á trece metros, variando la altur entre dos metros y treinta centímetros qeu tiene en el fondo. A la derecha entrando existe otra galería bastante larga, que designaremos con el número dos y se dirije hacia el S. O; de esta se pasa á otra número tres, de más estension y alta por algunos sitios como diez metros; desde ella se desciende á otra cueva de regulares dimensiones, número cuatro, que se encuentra como á cuatro metros, más baja que la anterior; de la número tres, volviendo hacia el N., se encuentra una fuente que mana del techo y se sume por el suelo; dejando más adelante, á la izquierda, un pozo, al parecer, natural, abierto en las peñas, y que mide próximamente cuatro metros hasta tocar con el agua que contiene, se introduce el curioso por una quinta y última galería. Describiré independientemente cada una de ellas.
Todas estas figuras comprendidas en la lámina 2º, son de tamaño natural.
Al citar esta gran masa de restos animales, compuesta de un número infinito de cáscaras, no puedo menos de hacer notar la semejanza que en su composición presenta con los depósitos hallados en las costasdel mar de Dinamarca y que se conocen con el nombre de KJÖKKENMÖDDINGS, ó sea montón ó aglomeración de conchas.
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